Somos administradores de la vida familiar. El propósito es desempeñar ese papel con excelencia. Y en esa dirección, es indispensable evaluarlos y aplicar correctivos, con ayuda de Dios.
Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial
Infinidad de personas en todo el mundo están afanadas en la búsqueda de una fórmula que permita alcanzar la armonía y la unidad familiar. Esa ha sido por años y seguirá siendo una meta que perseguirán quienes temen vivir bajo la monotonía.
¿Lo ha pensado usted? Si es así, coincidirá con nosotros en que una sociedad como la actual—sin principios ni valores—es un factor desencadenando de divorcios. Justo la falta de una fundamentación moral lleva a hombres y mujeres a pensar en la “separación” como única salida a sus conflictos de pareja.
Sumado a este fenómeno, muchos hombres terminan perdiendo su liderazgo en casa. Delegan gran parte de las funciones en su esposa y hoy su papel protagónico en el hogar se ha ido desdibujando.
El desaparecido conferencista y autor, Myles Munroe, escribió:
“Los cambios en nuestra sociedad están trayendo nuevas formas de tensión al interior de la familia. Si las trabajadoras de las guarderías o las nanas están criando a los hijos, algunas veces los hijos no llegan a conocer realmente a sus padres. De la misma manera, los padres no siempre saben lo que la niñera está haciendo o enseñando a los niños mientras que ellos están laborando. Básicamente esto significa que los niños están siendo formados por gente de quien los padres ni siquiera saben quiénes son.” (Myles Munroe. “Entendiendo el propósito y el poder de los hombres”. Whitaker House. EE.UU. 2013. Pg. 35, 36)
¿Se puede hacer algo? Sin duda que sí. Todavía hay salida al laberinto. El lugar preponderante para salir a flote y reemprender la navegación en la relación matrimonial, estriba en concederle a Jesucristo el primer lugar. Sólo Él nos ayuda y nos guía para corregir errores.
El segundo elemento es permitir que el amor reine en nuestros corazones. Si tenemos amor podremos expresar y recibir amor. El apóstol Pablo lo dejo claro cuando escribió a los creyentes de Corinto:
“El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.La profecía, el hablar en idiomas desconocidos, y el conocimiento especial se volverán inútiles. ¡Pero el amor durará para siempre! ”(1 Corintios 13:7, 8. NTV)
Quizá se pregunte cómo mostrarle a su pareja y a sus hijos que los aman. La respuesta es sencilla: Con hechos.
La firma encuestadora One Poll reveló un estudio en el que consignan las recomendaciones de parejas que quieren afianzar su relación matrimonial.
Las personas sugirieron compartir al menos pasatiempos e intereses en pareja, salir juntos de vacaciones y pasar tiempo de calidad como pareja, aunque salir cada uno con sus amigos dos veces al mes también forma parte de la receta.
PRINCIPIOS Y VALORES EN LA FAMILIA
También resaltaron la importancia de aplicar a la relación familiar valores como la confianza, la honestidad, el respeto por el otro y el compromiso, igualmente se consideran fundamentales para una buena relación.
Pero no todo debe ser idílico, porque las discusiones también juegan un papel importante en un matrimonio perfecto: tres al mes son la cantidad adecuada, según los encuestados. Eso sí, la pareja también debe ser capaz de tener diferencias y luego olvidarse del incidente como consecuencia de un auténtico perdón, así como de resolver sus diferencias antes de acostarse.
Otros secretos revelados por el sondeo son:
– Aceptar los errores del otro
– Apoyarse mutuamente
– Ser capaces de decir «lo siento«
– Que ambas partes tengan derechos y deberes
– Tener sentido del humor
– Tener actitud y personalidad positivas
– Compartir las tareas del hogar y las responsabilidades de padres
– Recordar aniversarios y cumpleaños
«Cualquier persona se puede casar, pero se necesita mucho compromiso y esfuerzo para que un matrimonio sea perfecto«, dijo el portavoz de One Poll. «Si no estás dispuesto a trabajar, vas a tener que luchar por encontrar ese ideal«, concluyó.
Le animamos a repensar cómo anda su relación familiar. ¿Están bien las cosas? Si hay dificultades, es tiempo de revisar las posibles dificultades y encontrarles soluciones con ayuda de Dios. Sólo el nos guía en el proceso de afianzar la unidad familiar.
ES HORA DE EVALUARNOS
Un hogar donde Jesucristo ocupa el primer lugar necesariamente avanza hacia nuevos niveles. ¿Lo ha recibido usted en su corazón? Si no es así, le invitamos a dar ese paso que se constituye en uno de los más importantes en la vida de pareja. Ábrale hoy las puertas de su corazón a Cristo. No se arrepentirá.
Escuche Aquí las transmisiones diarias de Vida Familiar, con Fernando Alexis Jiménez.