Si permitimos que todas las personas alrededor amolden nuestra existencia, viviendo de las migajas de aceptación, seremos las personas más desdichadas bajo la tierra. Debe animarnos el amor de Dios.
Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial
«Luego José llevó a Jacob, su padre, y se lo presentó al faraón. Jacob saludó al faraón y lo bendijo; entonces el faraón preguntó: —¿Cuántos años tienes? —Ya tengo ciento treinta años —respondió Jacob—. Mis años de andar peregrinando de un lado a otro han sido pocos y difíciles, pero no se comparan con los años de peregrinaje de mis antepasados. Luego Jacob se despidió del faraón, lo bendijo y se retiró de su presencia.»(Génesis 47: 7-10 | NVI)
La película Jocker fue una de las más vistas en el 2019. Arrasó en la edición de los premios Oscar. Se constituyó en la consagración de Joaquín Phoenix, y en la reafirmación de Robert de Niro como actor magistral.
Es la historia de un payaso que de día trabaja por horas, y de noche intenta convertirse en cómico, pero siempre acaban burlándose de él. La trama refleja la crueldad del género humano con los más vulnerables.
En un diario que presentó a la trabajadora social, Guasón escribe: “Ojalá que mi muerte sea más significativa que mi propia vida”. Una frase demoledora.
Puede que usted mismo haya meditado una y otra vez en que nada, incluso su existencia, tiene sentido.
NO QUIERO VIVIR
En alguna oportunidad visité a una joven madre de dos hijos, tras intentar suicidarse. Estaba en el hospital. Sus ojos reflejaban el desaliento que le asistía.
—Para serle sincera, no quiero vivir–, me dijo.
Un esposo que la amaba, hijos que la esperaban en casa e incluso, aunque materiales, muchos bienes que poseían, nada satisfacía sus expectativas. Igual ocurre con muchas personas.
Solamente un encuentro personal con Cristo, transformó sus días. Esa crisis se constituyó en el medio para dejarse encontrar por Dios, para que Su divina gracia la alcanzara.
¿CÓMO SON SUS DÍAS?
Igual pensaba el patriarca israelita Jacob, que sus días habían sido pocos y malos. No debería ser así con usted, ni con nadie. Nuestra existencia encuentra sentido cuanto tenemos un propósito, y nos esforzamos por él. Dios le da sentido a nuestra vida. En Él hay esperanza –Génesis 47:9; Proverbios 19:21.
Que no termine este día sin que acoja a la Gracia de Dios. Él perdona nuestros pecados en respuesta al arrepentimiento sincero y nos abre las puertas a una nueva vida. Reciba hoy a Jesucristo en su corazón.
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