Aprendiendo a tratar con personas difíciles

Como seres humanos siempre enfrentaremos el trato con personas difíciles. En nuestras fuerzas, siempre tendremos conflictos. Con ayuda de Dios, obtendremos la victoria.

Como seres humanos siempre enfrentaremos el trato con personas difíciles. En nuestras fuerzas, siempre tendremos conflictos. Con ayuda de Dios, obtendremos la victoria.


Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial


¿Quién no ha tenido compañeros insidiosos, que en todo momento buscan conflictos y nos arman líos sin que los busquemos? Todos enfrentamos situaciones así. Son inevitables. Ese tipo de personas, conflictivas, abundan.

¿Qué hacer? ¿Rechazarlas? En nuestra posición como cristianos no está bien, porque también por ellos murió el Señor Jesús en la cruz.

Ahora, sus corazones no dan amor, pero tampoco lo reciben. Por esa razón, aun cuando usted se acerque en los mejores términos, siempre le rechazarán. Es algo que ni usted ni yo podemos cambiar. Solamente Dios. Es el único que transforma a las personas, por Su infinita gracia (1 Samuel 10: 9; Jeremías 24: 7).

ASUMA SABIAMENTE LA CONFLICTIVIDAD 

¿Cómo asumir entonces esta conflictividad? Aunque nos parezca contradictorio, la aconsejable y de acuerdo con las Escrituras, es orar por estas personas (Mateo 5:43-48). Y, por supuesto, a pesar de que nos resulte difícil de aceptar, debemos amar a esas personas. Por ellas se sacrificó Jesús en el Gólgota.

De la mano con amar y orar por quienes consideramos difíciles en el trato, está el no procurar vengarnos. Dios es un Dios justo. Él es quien obra en cada una de sus criaturas y lo que hace, en el tiempo oportuno, es lo más apropiado.

La Palabra enseña:

«En cambio, los malvados son como paja arrastrada por el viento. Por eso no se sostendrán los malvados en el juicio ni los pecadores en la asamblea de los justos.» (Salm0 1: 4, 5 | NVI)

Ahora, tras considerar el asunto, le animamos a pensar y apropiarse de la gracia del Padre. Por su infinita misericordia, Él perdona nuestros pecados en respuesta un sincero arrepentimiento. Ábrale las puertas de su corazón a Jesucristo. Hoy es el día para hacerlo.


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