¿Algún día podremos ver a Dios tal cual es?

Las Escrituras revelan que, en el cielo, podremos ver al Padre celestial. Y no solo eso, estaremos con Él por la eternidad. Conozca 15 razones bíblicas sólidas.


Por Fernando Alexis Jiménez | Misión Edificando Familias Sólidas


Frente al gran interrogante que le asiste a infinidad de personas acerca de si será posible ver a Dios el Padre tal cual es, la respuesta es que sí. Si bien Él es Espíritu (Juan 4: 24)

En la Palabra leemos que, en la eternidad, podremos conocerle (Mateo 5: 8; Isaías 6:1; Job 19: 25-26) Ahora permítanos citar al apóstol Juan cuando escribe:

«En medio de la calle de la ciudad, y a cada lado del río, estaba el árbol de la vida, el cual produce doce frutos y da su fruto cada mes; las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.  Allí no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en medio de ella, y sus siervos lo adorarán y verán su rostro, y llevarán su nombre en la frente.  Allí no volverá a haber noche; no hará falta la luz de ninguna lámpara ni la luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará. Y reinarán por los siglos de los siglos.» (Apocalipsis 22: 2-5 | RVC)

Al volver la mirada, estará nuestro amoroso Hacedor. Nos expresará su infinito amor, el amor que quizá hasta el momento no hemos percibido aún. Él siempre estará con nosotros (Apocalipsis 21:1-5; Daniel 5: 8)

¿CÓMO SERÁ POSIBLE VER A DIOS?

Humanamente y a menos que Él nos lo permitiera, no podemos ver al Señor. Será posible en el cielo, en la tierra nueva, porque todo lo que vemos hoy, será transformado (2 Pedro 3: 10; Isaías 51: 3) El desierto se convertirá en paraíso en el que habrá gozo y alegría.

El apóstol Pablo escribe:

«Ahora vemos con opacidad, como a través de un espejo, pero en aquel día veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero en aquel día conoceré tal y como soy conocido.» (1 Corintios 13:12 | RVC)

Hay algunas características de la eternidad con Dios, que vale la pena resaltar:

1.- Dios será quien nos gobierne (1 Corintios 15: 28)

2.- La nueva tierra será la herencia de los redimidos de Dios (Mateo 5: 5)

3.- Tendremos nuevas vestiduras por siempre (Apocalipsis 3: 4; 7:9: 15: 6; 6: 11)

4.- Podremos gozarnos con el banquete que Dios nos tiene preparado (Lucas 24:41-43; 22: 18; Apocalipsis 19: 9; Mateo 8:11)

5.- No enfrentaremos momentos de dolor ni tristeza (Apocalipsis 21: 4)

6.- No seremos tentados ni pecaremos (Mateo 13: 41-43)

7.- Recibiremos recompensa por nuestras buenas acciones (Efesios 6:8)

8.- Si bien es cierto somos salvos por gracia y no por obras, Dios tiene en cuenta nuestras buenas acciones (Hebreos 6: 10; Mateo 9: 41; Apocalipsis 2: 23)

9.- Querremos hacer la voluntad de Dios (Romanos 5: 19)

10.- Todo será nuevo, incluso nosotros en todo nuestro ser (Apocalipsis 21: 5)

11.- Satanás no tendrá cabida en la tierra nueva.

12.- En el cielo seremos como una gran familia (Lucas 8:21; Marcos 10:30)

13.- En el cielo no habrá matrimonios nuevos (Mateo 22:30)

14.- No tendremos enemigos, por el contrario, seremos amigos de aquellos que nos causaron daño.

15.- Junto con nosotros, en la eternidad, estarán personas de diversas razas, lenguas y nacionalidades, pero todos hablaremos un mismo idioma (Hechos 10:34, 35; Apocalipsis 5: 9; 21:24-26)

Randy Alcorn, quien ha estudiado y escribo bastante sobre el cielo, precisa lo siguiente:

“Nadie merece el cielo. Sin embargo, Dios nos ama tanto que envió a Su Hijo Jesús a morir en la cruz para que usted y yo tuviéramos la oportunidad de ir al cielo” (Citado en el libro “El cielo”)

Lo que nos espera es maravilloso, y dentro de eso grandioso, el poder ver el rosto de Dios.

NO LO MERECEMOS

Es un hecho que ni usted ni yo nos merecemos esa oportunidad, la de ver a Dios y estar por siempre en la eternidad. Sin embargo, la gracia de Padre, lo hace posible. Él proveyó la forma de que nuestras ataduras fueran rotas-

El apóstol Juan lo explica así:

«El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto se ha manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.» (1 Juan 3:8 | RVC)

Jesús murió en la cruz. Pagó allí, siendo inocente, por toda nuestra maldad. Ese sacrificio hizo posible el perdón divino para nuestro cúmulo de equívocos y, de paso, nos abrió las puertas para una nueva vida.

La gracia divina está a disposición de todos. Incluso para aquél que se pueda considerar el más pecador. Sin embargo, apropiarse de esa gracia divina, es personal.

El autor cristiano, Randy Alcorn, anota lo siguiente alrededor de la gracia del Padre:

“Dios no nos fuerza a que le obedezcamos. Él nos da la libertad de elegir. El libre albedrío es la libertad de obedecer o desobedecer a Dios.”

Dios ha tenido paciencia por nosotros, porque nos ama y no quiere que nadie se pierda:

«El Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él.» (2 Pedro 3:9 | RVC)

¿Cómo anda su relación con Dios? ¿Cómo está su vida? ¿Está enfrentando la desesperanza y quizá ha pensado que no vale la piensa seguir con vida, que no hay salida para el laberinto en el que se ha convertido su existencia? Dios nos ama y anhela que emprendamos una vida renovada. Es más, quiere ayudarnos en el proceso.

GRACIA ES PERDÓN Y UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Dios le invita hoy a experimentar Su gracia perdonadora y transformadora. Hoy es el día oportuno para que inicie esa nueva vida que, en lo más íntimo de su ser, ha anhelado.

Permítanos aquí citar al apóstol Juan:

«Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.» (Juan 3: 17, 18 | RVC)

El propósito eterno del Padre no es su condenación, sino proveerle salvación y llevarle—en el momento oportuno—a una eternidad con Él. Ábrale hoy las puertas de su corazón a Jesucristo.

Quizá se pregunte, ¿acaso el cielo no será un sitio aburrido? Por cierto, que no. Es el lugar que Dios tiene preparado para sus hijos, aquellos que se acogieron a la gracia perdonadora y transformadora.

Citamos a Randy Alcorn, quien lo explica en términos sencillos:

“Algunas personas se ponen nerviosas o aún atemorizadas acerca de vivir para siempre. Les incomoda y aterra la idea de un tiempo continuo. Quizá en este plano terrenal sea así, que nos cansamos e, incluso, aburrimos. Pero en la eternidad con Dios no será así. El tiempo continuo, para siempre, no nos producirá tedio. Todo cuanto nos genera temor hoy, en cuanto a vivir eternamente, ya no existirá. Disfrutaremos de ese maravilloso lugar.”

Hoy es el día oportuno para que Dios gobierne su vida…


© Fernando Alexis Jiménez | @Conexión365

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