El poder de la fe en Dios para ser libres

En Dios hay libertad. También, una nueva oportunidad.

Usted tiene hoy la oportunidad de acogerse al perdón divino. El Señor, en su infinita misericordia, reconoce lo profundo que hay en su corazón y el arrepentimiento que siente, por quizá, haberse dejado arrastrar por hábitos destructivos.

Por Fernando Alexis Jiménez | Misión Edificando Familias Sólidas


Escuchar el testimonio de Carolina Uribe Lobo-Guerrero es impactante y estimula todas las emociones: tristeza, dolor, nostalgia y, hacia el final de su cúmulo de relatos, despierta alegría. Logró ser libre por la gracia de Dios.

Su primer contacto con las drogas fue a los 13 años, en Bogotá, Colombia. En su adolescencia inició con el alcohol y, de inmediato, se abrieron las puertas para lo que, en un futuro cercano, sería el consumo de sustancias fuertes.

Su descenso, cuando estaba en la cumbre de las adicciones, fue vertiginoso. Dormía en las calles, incluso sobre cartones.

El contacto con la cocaína lo tuvo en la universidad. Consumía de todo, según relata:  fumó marihuana, probó el éxtasis, tuvo sobredosis de ketamina y llegó a ingerir alcohol industrial y bazuco.

«Fui consumidora durante 20 años, en los que destruí mi vida y las de quienes estaban a mi alrededor. Hoy, por la gracia de Dios, tengo más de doce años sin consumir nada (…) en el alcohol, las drogas, el sexo y la pornografía no está la felicidad«, comenta esta mujer, hoy conferencista, al describir su tragedia personal.

La escuché en el podcast “Vos podés” cuya realizadora es la periodista, Tatiana Franco. Por más de una hora contó sus vivencias y no puedo negar que escuché cada minuto, sobrecogido por la tristeza ya que, al igual que Carolina, millares de personas en el mundo entero estás inmersas en la drogadicción. A diferencia de Carolina, muchos no logran escapar de las cadenas que los atan.

«En particular, con el bazuco me terminé de enloquecer. Llegué a cambiar mis cosas por drogas. Quedé sin nada, literalmente en la calle«, cuenta. Durmió y vendió cartones, aunque nunca buscó comida en los tachos de basura, ni tampoco se prostituyó. Su familia ‘agotó los intentos de ayuda’ mientras ella ‘vivía en medio del hambre, el frío y el miedo’.

TOCAR FONDO

El testimonio de Carolina alerta hoy a los jóvenes estudiantes de secundaria y de universidad. Caer en la adicción a las drogas, es una atadura de la que difícilmente se escapa, a menos que nos acojamos a la gracia divina.

«El fondo no tiene fondo. Mientras estemos vivos, podemos seguir cayendo más y más.», advierte.

Estuvo atrapada en el consumo de sustancias por más de veinte años. Lo único que le faltó por hacer para adquirir alucinógenos fue prostituirse. Era consciente del problema, pero no lograba salir. Enfrentó numerosas recaídas e, incluso. su vida estuvo en peligro cuando vivió siete meses en las frías calles de Bogotá, en un cambuche.

«Solo después que tuve un despertar espiritual, fui libre; ya lo había intentado varias veces. Tenía pensado que no iba a salir de las calles, que ahí me iba a morir. Me encontré con una amiga de mi familia que me invitó a un retiro espiritual y yo pensé ‘Esta vieja está loca’. Pero por esos designios maravillosos de Dios se me quedó grabado en el corazón y la mente que yo iba a ir a ese retiro.”, explica Carolina. Como era previsible, Satanás salió al paso poniendo impedimentos para que ella faltara a la cita.

            LA FAMILIA AL ENCUENTRO

Faltaba un mes y medio para ir al encuentro espiritual. Un día, en la calle, vi unos afiches pegados con mi foto. Mi hermanita me estaba buscando. Nos encontramos y me vio totalmente mal, drogada, sucia, acabada, en un estado de ansiedad terrible. Ella se puso a llorar y tenía una expresión de dolor y de eso tengo una reflexión, uno no tiene derecho de causarle dolor a otra persona«, relata Carolina.

Finalmente, llegó al retiro y «ocurrió el milagro. “No tuve síndrome de abstención, no me robé nada, no me escapé y esas personas me ofrecieron ayuda. Esa semana después del retiro fui a un centro de rehabilitación«, explica al referirse a ese encuentro con Dios, que marcó un antes y un después en su existencia.

El acercamiento a las drogas habitualmente se produce por curiosidad. En su caso, Carolina recordó que era vulnerable y con inseguridades.

«Nunca pensé que yo fuera a terminar tan mal, pues siempre pensé: ‘esa es otra gente; yo voy a controlar mi gusto por las drogas, siempre’, pero rápidamente me di cuenta de que el asunto se me estaba saliendo de las manos«, resalta la conferencista. Por esa mala experiencia, llegó a estar en la cárcel. Trabajaba y se gastaba el salario en drogas.

DE LA OSCURIDAD A LA LUZ

Tras salir de las drogas, una adicción que es muy fuerte, Carolina estructuró en el 2014 la que hoy es una de sus conferencias más conocida: ‘De la oscuridad a la luz’.

«El Espíritu Santo me ilumina y, sí, a través de las charlas se tocan corazones. Espero que no solo se toque un corazón, sino que la gente reaccione, entienda y prevenga. Quiero hablar mucho con padres de familia, porque ellos necesitan tomar determinaciones importantes«, precisa.

Un buen número de adolescentes y jóvenes la han escuchado al tiempo que padres de familia, a través de las reflexiones de Carolina Uribe Lobo-Guerrero, toman conciencia de los equívocos en los que incurren con frecuencia.

Ahora, quizá al leer la historia de esta valerosa mujer, quizá usted se pregunte: ¿Es posible vencer la tentación de recaer en las adiciones? Y la respuesta es que sí. No en nuestras fuerzas, por supuesto, sin con el poder de Dios.

Cuando vamos a las Escrituras, leemos:

“Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes. Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de justicia, y con los pies calzados con la disposición de predicar el evangelio de la paz. Además de todo esto, protéjanse con el escudo de la fe, para que puedan apagar todas las flechas incendiarias del maligno. Cúbranse con el casco de la salvación, y esgriman la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos.” (Efesios 6:13-18 | RVC)

No es en fuerzas, porque humanamente no tenemos poder. Pero Dios sí lo tiene. Recuerde que, como dice el evangelista “¡Para Dios no hay nada imposible!” (Lucas 1: 37 | RVC) Él nos ayudará en todo el proceso.

VENCER ES CUESTION DE FE

El mayor problema del ser humano es que absolutamente todo lo racionaliza. Cuando pretendemos entender cómo ocurren las cosas sobrenaturales, al depender de Dios, abrimos espacio a las dudas y la incertidumbre, dos tremendos obstáculos para avanzar hacia la libertad.

Nuestro amado Salvador enseñó a sus discípulos y a nosotros hoy:

««Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.»» (Juan 8: 31, 32 | RVC)

Una de las grandes verdades radica en el perdón de Dios, no porque lo merezcamos, sino por gracia. Satanás nos acusa y nos dice que jamás podremos cambiar. El perdón divino nos lleva en otra dirección. Nos enseña que Dios nos ama y nos acepta cuando vemos a Él, tal como somos, con todo un cúmulo de pecados que nos avergüenzan.

Toda nuestra maldad la llevó nuestro Señor a la cruz y obtuvo allí el perdón para todos nosotros, como explica el evangelista, Billy Graham:

“Jesús llevó sobre sus hombros el peso del pecado del hombre. Soportó en su corazón por las almas perdidas. En la cruz Jesús trajo perdón y misericordia para los pecadores. Es la victoria de la cruz. La cruz muestra la gravedad de nuestro pecado, pero también proclama el amor ilimitado de Dios.” (Citado en el libro: “Lo que sucedió en la cruz”)

Dios no nos obliga. La decisión de acogernos a Su gracia para vencer el pecado, está en sus manos.

El Padre ve en nosotros, no lo que somos hoy, sino lo que llegaremos a ser:

«Como está escrito: «Te he puesto por padre de muchas naciones.» Y lo es delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no existen, como si existieran.» (Romanos 4:17 | RVC)

El Supremo Hacedor, quien conoce lo más íntimo de usted, sabe hasta dónde puede llegar, los nuevos niveles a los que puede ascender en el proceso de cambio y transformación, y desea acompañarlo siempre.

LIBRES POR FE

¿Qué dice la Biblia alrededor de la fe? Algo maravilloso que demanda dar pasos hacia adelante, sin dar cabida a la racionalización:

«Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve.» (Hebreos 11: 1 | RVC)

Nos corresponde esperar en Dios (Salmo 62: 5), dar pasos aun cuando no entendamos qué está ocurriendo o va a acontecer con nuestra existencia (Mateo 17:20) y desechando toda sombra de duda (Filipenses 4: 8; 2 Corintios 10: 3). Una forma eficaz para dar nuevos pasos con solidez, en el camino a la libertad, es a través de la oración. Desarrollar intimidad con Dios.

Esa fe que se alimenta conforme caminamos con el Señor, es la que evidenciaron en su vida hombres como Noé, Abraham y Jonás, entre otros (Hebreos 11: 7, 17, 21, 29)

Tuve oportunidad de estar en la Junta Directiva de un centro de rehabilitación para personas adictas a las sustancias psicoactivas. Es cierto, la terapia resultaba de gran ayuda. Sin embargo, lo realmente eficaz en los casos de éxito que conocí, era que depositaran una fe absoluta en Dios. Él es quien concede la fortaleza para que las cadenas de la drogadicción se rompan para siempre.

Recuerde lo que leemos en la Palabra:

“Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.” (Hebreos 12: 2 | RVC)

En Dios encontramos fortaleza, acompañamiento y el poder que necesitamos y cuando lo necesitamos, porque vienen las tentaciones (Filipenses 4: 1, 9)

LA GRACIA TRANSFORMADORA ES PARA USTED

Desconozco en qué equívocos haya incurrido a lo largo de su vida. Lo que sí puedo asegurarle es que la gracia transformadora de Dios, también es para usted.

El evangelista y escritor, Billy Graham, lo explica en los siguientes términos:

“El primer mensaje que Jesús predicó desde la cruz fue el mensaje del perdón. La sangre de Jesús condena, pero también limpia. La sangre de Jesús reprocha, pero también redime. La sangre de Jesús frustra el mal, pero también trae perdón para el pecador.  La sangre de Jesús cancela el juicio para el corazón arrepentido. Creen en Cristo nos permite acogernos a la salvación que hay en Jesucristo.”

Usted tiene hoy la oportunidad de acogerse al perdón divino. El Señor, en su infinita misericordia, reconoce lo profundo que hay en su corazón y el arrepentimiento que siente, por quizá, haberse dejado arrastrar por hábitos destructivos.

En las Escrituras leemos:

“Y todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo, y entre ellos estará el remanente al cual el Señor ha llamado, porque en el monte de Sión y en Jerusalén habrá salvación, tal y como el Señor lo ha dicho.” (Joel 2: 32 | RVC)

En Dios encontrará la fortaleza para vencer cualquier situación que hoy le tiene en derrota. Pero es fundamental que vuelva su mirada a Él y deposite su confianza en el poder que trae cambio y crecimiento a su existencia:

“Lo que dice es: «La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.» Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación. Pues la Escritura dice: «Todo aquel que cree en él, no será defraudado.» Porque no hay diferencia entre el que es judío y el que no lo es, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan, porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.” (Romanos 10:8-13 | RVC)

Rendirnos a Cristo Jesús parece muy complicado porque siempre deseamos tener el control de todas las cosas. Sin embargo, hoy es el día oportuno de dar ese paso de fe para ser libres. Aprópiese de la gracia divina. Hay una nueva oportunidad para usted.


(c) Fernando Alexis Jiménez | @Conexión365

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