Orar es un principio de vida, no solo físico, sino de carácter espiritual. Cuando vamos al Padre la oración, ocurren varias cosas. Conózcalas…
Fernando Alexis Jiménez | Director del Instituto Bíblico Ministerial
Uno de los mayores peligros que corremos los discípulos del Señor Jesús, es desprendernos de la mano de Dios. Quizá me dirá: “Pero si soy buen cristiano, ¿cómo puede decir eso?”
Pues bien, le responderé con un interrogante: “¿Cuántas veces ha ido en los últimos días al trono de gracia y misericordia del Padre celestial?”. Permítame añadir un nuevo cuestionamiento: “¿Cuál es el enfoque de sus oraciones?”.
MITOS EQUIVOCADOS SOBRE LA ORACIÓN
Alrededor de la oración se han tejido muchos mitos equivocados, de los cuales citaremos algunos:
– Orar es un asunto de fanáticos
– Las oraciones tardan mucho tiempo en recibir respuesta.
– Dios está demasiado ocupado para atender pequeñeces.
– La oración no cambia las circunstancias.
Pero además de éstas, sin duda hay muchas otras ideas llenas de prejuicios que no tienen fundamento bíblico. Pese a ello, han tomado fuerza, infortunadamente.
¿QUÉ ES ORAR?
Es importante despejar este interrogante. Nos permitirá desmitificar todo lo que se dice alrededor del clamor delante del Señor. Entonces, orar lo podemos describir de la siguiente manera:
Orar es…
– Entrar en la presencia de Dios.
– Hablar con Dios.
– Disponer nuestro corazón para escuchar a Dios.
No se desaliente ni permita que las ideas equívocas de los demás alrededor de la oración, guíen su decisión de ir al trono de gracia y misericordia.
¿QUÉ NOS GARANTIZA EL ACCESO AL TRONO DEL PADRE?
Hay dos razones poderosas para que tengamos plena confianza cuando vamos a Dios en oración, con la certeza de que seremos escuchados:
– La obra redentora del Señor Jesús en la cruz.
– La convicción de que en la cruz todas las barreras fueron derribadas.
No tenga temor. Tenga la firme convicción de que sus oraciones serán atendidas por Dios.
¿QUÉ OBTENEMOS AL CULTIVAR LA ORACIÓN?
Orar es un principio de vida, no solo físico, sino de carácter espiritual. Cuando vamos al Padre la oración, ocurren varias cosas:
– Desarrollamos intimidad con Dios.
– Nos movemos en la dimensión sobrenatural de Dios.
– Escuchamos Su voz y recibimos guía para caminar conforme a Su voluntad.
+ Nos encontramos con Su Presencia.
El libro de los Salmos es uno de los más extensos alrededor de la oración. Podemos comprobarlo al leer los capítulos 10, 13, 27, 39, 42, 43, 63, 84, 131 y desde el 142 en adelante.
Los registros bíblicos resaltan la importancia de experimentar crecimiento en una vida de oración.
Alrededor de la oración se han tejido muchos mitos que es necesario desechar. Cuando oramos, entramos en la dimensión sobrenatural de Dios.
LA ORACIÓN NOS ASEGURA EL ACCESO A LA PRESENCIA DEL PADRE
Orar es entrar en un nuevo nivel espiritual. Una dimensión donde hay intimidad, pero también revelación.
El Señor Jesús instó a sus discípulos y a nosotros hoy:
“Y al orar no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis.” (Mateo 6: 7, 8 | RV 60)
Podemos recibir aquello que pidamos, que esté –por supuesto—en consonancia con la voluntad divina.
El apóstol Pablo, por su parte, escribió a los creyentes de Tesalónica: » Orad sin cesar.» (1 Tesalonicenses 5: 17 | RV 60)
No podríamos despedirnos sin antes invitarle para que le abra las puertas de su corazón a Jesucristo como su único y suficiente Salvador. Prendidos de Su mano emprendemos el maravilloso viaje hacia el cambio y crecimiento personal y espiritual.
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